top of page
onorio.jpg

Fotógrafo y comunicador dominicano es conocido como primer editor gráfico del matutino HOY, al que ingresó desde su estructuración, inició una revolución del grafismo en la prensa dominicana, que años después prosiguió en los diarios El Siglo, El Caribe y la revista Rumbo.
Su intensa labor continúa con el programa radial “Dejando huellas”, espacio semanal de entrevistas a personalidades, entre ellas reconocidos periodistas que han aportado valiosos testimonios sobre la prensa y el acontecer nacional. Su vocación, una ardiente pasión que afloró en 1960 a los 14 años de edad.

VIVENCIAS en primera persona de Onorio Montás
Onorio Montás participa en conferencia en Roma, sobre «Dominicanidad y arte taíno» italodo

Foto: Roma - 26 - 04 - ,2023

La Era de Trujillo y la caída del Jefe

El cemí y su memoria histótica

Por Onorio Montás

(Y, 2)

RD. - Mi director y amigo Bienvenido Álvarez Vega me decía que no picoteara por encerrar en una camisa de fuerza mis ideas o mis narraciones, que tuviera en cuenta que nunca llegaría a superar al doctor Juan Isidro Jimenes Grullón en la extensión de sus consideraciones en las limitaciones de la cantidad de palabras o caracteres en un artículo, lo que me estimuló a concluir mis nostalgias sobre mi recordada Maritza Antonia (mi alma gemela).

 

…"Yoyo, Papi nos compró una casa en Miami, Estados Unidos y no nos volveremos a ver"… Me decía Maritza Antonia con lágrimas en los ojos. Nos vamos Frances de las Mercedes (su hermanita más pequeña), Mami y yo con papi. Eso sucedía unos días después de la expedición del 14 y 19 de junio de 1959 y la famosa pastoral de la Iglesia católica, del 31 de enero de 1960. 10 meses después se producía el atentado contra “El Jefe”, y uno de los participantes era de los cortesanos de don Paquito Martínez Alba, Antonio Imbert Barreras.

Luego de esa confesión de Maritza Antonia, se lamentaba que ya no iríamos a nuestro paseo sabatino al Jardín Zoológico y Botánico a darle maní a Buche y Nely. Tampoco iríamos a Los Imperiales con Mariana, su nana y Nonito, el chófer de un pescuezo largo, como decía Juan Bosch, un Buick color vino. Yo pensaba que no iríamos al “colmado Continente”, el de los chinos de la Doctor Delgado esquina San Martín cuando don Paco mandaba a comprar sus cigarrillos Kent extra largos que fumaba con un largo pitillo con aire señorial, (luego ese colmado lo compró una pareja de vascos apellidos Paliza, que lo convirtió y bautizó con el nombre de Vizcaya). Nosotros aprovechábamos para pedir unos exquisitos pay de ciruelas con canela, de manzana o limón, o pedíamos los tres sabores y lo compartíamos en lo que Nonito compraba los cigarrillos, pero no se atrevía a presionarnos.

El tomar la decisión de mudarse a otro país de seguro fue una medida dolorosa, pues hacía un tiempo estaban construyendo una gran mansión en la misma Rocco Cocchia, justo donde terminaba la calle Cachimán, donde había un enorme framboyán naranja, única calle de dos niveles de Santo Domingo. Esa gran residencia que debía crecer porque la familia crecía y no la pudieron habitar, pues tuvieron que irse del país. Esa mansión ya amueblada, los grupos de muchachos del barrio miembros del subcomité del Movimiento Revolucionario14 de junio, con un brazalete del verdinegro con un logo del 1J4 formaron un cordón en todo el frente de la propiedad de nuestra querida doña Lissi, que se había ganado el cariño de todos los vecinos de la Pepillo Salcedo y sus alrededores. Mientras las turbas saqueaban la casa de Héctor Bienvenido Trujillo Molina (Negro) y su esposa Alma McLaughlin Simó y la de su padre, el coronel Charles McLaughlin en la cercana Doctor Delgado, donde Balaguer construyó la Biblioteca República Dominicana, sustituyendo el “Ensanche Tablita”

 

Finalmente, mi querida Maritza Antonia tuvo razón jamás nos volvimos a ver. Supe que ella murió en España, a la edad de 50 años, hace 24 años, Frances de las Mercedes, que había nacido un día de Nuestra Señora de las Mercedes, se consagró dentro de una orden religiosa, y doña Lissi aún vive con 94 años en España. Don Paco murió en Santo Domingo en el hotel Naco en los años 70.

La vida me dio la oportunidad de conocer una gran familia descendiente de judíos refugiados, Úrsula, Susie, Hanna, Lisie, Lilly y Jaime habían llegado al país tras la Segunda Guerra Mundial. Una parte había formado colonia en Sosúa, Puerto Plata y este grupo de los Michaelis Israelis quedó bajo de la tutoría de una señora llamada doña Floripe.

 

Mi querido Barrio

 

Mi madre Luz María González viuda Montás, que estuvo llamándose viuda hasta muchos años después, le había parido a mi padre cinco varones y una hembra que se llamó Alfida Talía (por mi abuela paterna Talía Valdez) que nació entre mi hermano Luis Adolfo (Pin) y yo, quien falleció de un ataque de peritonitis. Doña Luz se las ingeniaba moliendo café que vendía a domicilio, dos paleteras, vendía leche de una crianza de chivos que habíamos heredados en casi una cuadra de terreno que llegaba hasta la hoy avenida Francia. Recuerdo los nombres de dos chivas que teníamos. A una le llamaban Casiana y Anita que mis hermanos me permitían pegarme de las tetas y quien cuidaba los animales era una señora que le llamaban Neguín, que vivía en la “propiedad” que desapareció, al igual que 5 o 6 camiones que desaparecieron con Honorio César Montás Valdez (Niñitico), trabajan con mi madre dos hermanos, Rafael y Félix Gómez (Félix laboró durante muchos años como Jefe de Redacción de El Nacional), además mi mamá cosía en una máquina Singer y era la modista de doña Lissie Michaelis.

Siempre recuerdo a dos hermanos muy humildes cuyos padres nunca conocí, Freddy y Lourdes (alias La Kika) Agüero, que en las vacaciones coincidíamos en dos escuelitas “particulares” que quedaban en la calle Jaragua, una de la esposa de Fello Tre’Chele y la otra era de doña Carmen, pero no sé por qué siempre le llevaban a La Kika y Freddy una merienda con un vaso de “morir soñando”, lo que provocaba la envidia de todos.

Al inicio de la calle Bartolomé Colón, había un gran desorden al estilo de la Librería Herrera, que solo él sabía dónde estaban los libros usados que mayormente vendía, Sonámbulo o Muerto’Parao, uno iba a cambalachear “paquitos”, historietas usadas por otra que no había leído, pendones, papel de colores, hilos, almidón en polvo y preparado, todo para hacer chichiguas o cajones. En fin, era un barrio fabuloso donde compraba cajuilito solimán, limoncillos y todo lo que cosechaba en los patios.

 

El cemí

VIVENCIAS en primera personade Onorio Montás

italodominicano.tv 

Por Onorio Montás

Roma - Quisiera iniciar estas palabras agradeciéndole a mi viejo amigo Tony Raful Tejada, distinguido embajador de la República Dominicana en Italia, por dispensarnos, durante mucho tiempo, el honor de acompañarnos como contertulio de temas históricos, políticos y de viejas remembranzas. Mi nombre, y es preciso aclarar, es Onorio sin la H como el emperador Flavio Onorio Augusto.

Nuestro punto de partida es la interpretación que se le ha dado a una famosa quintilla de Fray Juan Vásquez, el padre Juan y que nunca ha rebasado el marco político.

Dice así:

“Ayer español nací
A la tarde fui francés
A la noche etíope fui
Hoy dicen que soy inglés
No sé qué será de mí”.

Esta quintilla es una viñeta angustiosa de las vicisitudes de la dominicanidad para cuajar una identidad propia. Y Fray Juan Vásquez, un personaje dominicano del siglo XVII, en cierto modo la rubrica con su propia vida, porque este frailecito de Dios murió quemado en su iglesia de Santiago de los Caballeros, durante la invasión haitiana de 1805.

La incertidumbre que la quintilla expresa la ha convertido en una cita recurrente de las interpretaciones históricas que han estudiado las luchas de las potencias europeas a partir del siglo XVII.
Paso a contar lo siguiente. En 1982 fui convocado por el brillante intelectual dominicano Bernardo Vega, historiador, antropólogo, investigador y apasionado conocedor y coleccionador de piezas taínas, en ese momento gobernador del Banco Central de la República Dominicana. El motivo de esa convocatoria consistió en discutir una idea que tenía sobre un libro que le interesaba publicar sobre la cultura Taína.

Puede leer: ¡Nelson González expone “Persistencia del olvido”!

Analizamos la idea y convocamos al historiador Frank Moya Pons y al destacado arquitecto Pedro José Borrell Benz, quien era aficionado a la fotografía y conservaba algunos viejos negativos de pictografías de las diferentes cuevas de nuestro país.

Propuse que el libro fuera de fotos en blanco y negro por considerar que el dramatismo de las piezas no resistía el color, pues eran piezas monocromáticas en madera o talladas en piedra. Así se hizo. El resultado fue un bello libro en blanco y negro. Aunque casi la totalidad de fotos fueron realizadas por mí, aparecen varias que necesariamente debían ser incluidas como el “Cemí de Algodón” actualmente se exhibe en el Museo de Antropología y Etnografía de Turín y otras piezas en el de La Habana, Cuba; en Saint Lois, Missouri; New York, Puerto Rico, Washington D.C., California, Estados Unidos; Florencia, Italia; Londres, Inglaterra; Múnich, Alemania, y Viena Austria, el resultado el libro “Arte Taíno”. Libro que fue publicado en su primera edición en 1983 con una presentación de Bernardo Vega y una introducción del doctor Frank Moya Pons y las fotos de la pictografías de Borrell Benz, luego la segunda impresión por el gobernador del Banco Central Hugo Guilliani Cury y dos reimpresiones más.

Había tenido una experiencia maravillosa en los años 1969-1970 con la poeta, narradora y ensayista dominicana Aida Cartagena Portalatín, quien tenía una rústica casa de madera bruta con un paisaje increíble frente al mar Caribe en La Caleta. Justamente en donde se encontraron restos de asentamientos indígenas que ocupaban toda esa zona. En el 1974 se construyó el “Parque Arqueológico La Caleta” donde se encontraron en la superficie restos de piezas taínas y el “Parque Nacional Submarino La Caleta”.

A la llegada de los europeos, a finales del siglo XV, las islas antillanas estaban pobladas por diversas culturas. La novedad de encontrar gentes de lenguas extrañas y «exóticas costumbres» en las tierras del que posteriormente fue llamado Nuevo Mundo sería el hallazgo más sorprendente, y el más reconocido, del periplo del almirante Cristóbal Colón por estos lares.

El primer contacto entre europeos e indígenas se produjo el 12 de octubre de 1492, cuando los descubridores se encontraron con los llamados «lucayos» al arribar a la isla Guanahaní, localizada en el archipiélago de las Bahamas y bautizada con el nombre de SanSalvador por los españoles, quienes también se refieren a estas últimas como Lucayas. Denominación que se deriva, precisamente, del nombre de sus primeros habitantes.

El Cemí de algodón

Sobre este episodio nos dice el Almirante en el diario de navegación de su primer viaje: “muy bien hechos, de muy fermosos cuerpos y muy buenas caras, de los cabellos gruessos cuasi como sedas de cola de cavallos e cortos. Los cabellos traen por ençima de las çejas, salvo unos pocos detrás que traen largos, que jamás cortan. D’ellos se pintan de prieto, y ellos son de la color de canarios, ni negros ni blancos, y d’ellos se pintan de blanco y d’ellos de colorado y d’ellos de lo que fallan; y d’ellos se pintan las caras, y d’ellos todo el cuerpo, y d’ellos solo los ojos, y d’ellos solo la nariz. todos de buena estatura, gente muy fermosa y […] todos de la frente y cabeça muy ancha, más que otra generación que fasta aquí aya visto; y los ojos muy fermosos y no pequeños; y ellos ninguno prieto, salvo de la color de los canarios.

Son gentes de amor y sin cudiçia y convenibles para toda la cosa, que certifico a Vuestras Altezas que en el mundo creo no ay mejor gente ni mejor tierra. Ellos aman a sus próximos como sí mismos, y tienen una habla la más dulçe del mundo, y mansa y siempre con risa. Ellos andan desnudos, hombres y mugeres, como sus madres los parieron, mas crean Vuestras Altezas que entre sí tienen costumbres muy buenas, y el rey en muy maravilloso estado, de una cierta manera tan continente qu’es plazer de verlo todo, y la memoria que tienen, y todo quieren ver, y preguntan qué es y para qué.”

Lo reducido de la fase asociada al empleo de la escritura en comparación con toda la existencia humana permite ilustrar la importancia de la arqueología como ciencia que investiga la cultura y la historia a partir de evidencias materiales. Los restos materiales fruto de la acción humana pueden convertirse, bajo la óptica científica de la arqueología, en importantes generadores de conocimiento histórico. Para ello, esta disciplina utiliza métodos capaces de arrojar informaciones para explicar el desarrollo de las sociedades del pasado. En ese sentido, puede proporcionar datos que por diversos motivos no fueron recogidos por las fuentes históricas, y en el caso de las sociedades ágrafas, es decir, de aquellas que no conocieron la escritura, constituye una de las principales disciplinas para acceder a su estudio. Las investigaciones arqueológicas han demostrado que el poblamiento de las Antillas ocurrió hace aproximadamente unos 6000 años y que pudo haber estado vinculado a fenómenos climáticos acaecidos entre el 8000 y el 4000 A.C. Debo mencionar a Manuel García Arévalo por sus grandes aportes al conocimiento de la cultura a travéz de su Museo de Arte Prehispánico de la Fundación García Arévalo y las investigaciones realizadas por él personalmente.

Disertación de Onorio Montás en el IILA (Instituto Italo – Latino Americano), patrocinada por la embajada dominicana en Italia y el Instituto de Dominicanos y Dominicanas en el Exterior (INDEX) en el IILA.

¿Comentarios sobre el tema?

39 347 682 6636 messaggio WhatsApp

  • Twitter
  • Facebook
  • Whatsapp
  • alt.text.label.Instagram

italodominicano.tv - República Dominicana

Editora, Directora Editorial y Responsable Rita Valenzuela

Directora cientifica del area psicológica Dra. Anna Giulia Caputi 

Registro Oficina Nacional de la Propriedad Industrial R.D- ONAPI. - Registro núm. 803359

Info: italodominicano.tv@hotmail.com - 39 347 682 6636

italodominicano.tv  Italia

Directora Editorial Rita Valenzuela

Editora: Rita Valenzuela

Directora cientifica del area psicológica Dra. Anna Giulia Caputi 

Registración al Tribunal de Roma núm107/2024

Info: italodominicano.tv@hotmail.com - 39 347 682 6636

logo giornale italodominicano.tv è stato realizzato da Rita Valenzuela

Al servicio de la comunidad !

“Nadie puede ignorar la fuerza interior de las personas, ni sus valores, quien no lo sepa fracasará”. Minerva Mirabal

bottom of page