Roma. por Gianni Lattanzio

El Papa Francisco, desde el inicio de su pontificado, se ha centrado en el cuidado de la creación y en la relación entre el hombre y la naturaleza, entendida no sólo como ambiente físico sino también como un sistema interconectado que requiere respeto y cuidado. Esta visión se expresa en numerosos documentos y discursos, destacando la importancia de la sostenibilidad y la responsabilidad humana hacia la creación.

Su encíclica Laudato si' es un documento fundamental para comprender su visión ecológica integral, que va más allá de la simple preocupación ambiental y toca cuestiones sociales, económicas y espirituales. Para el Papa Francisco la naturaleza no es un objeto para explotar ni un conjunto de recursos para consumir. Se trata, en cambio, de una realidad creada por Dios, intrínsecamente buena y con valor en sí misma. El hombre, creado a imagen y semejanza de Dios, tiene la tarea de proteger y cultivar la tierra sin ejercer un dominio destructivo. Esta visión se basa en una profunda comprensión de la interconexión de todas las criaturas y el reconocimiento de la dignidad de toda vida.

La enseñanza del Papa Francisco sobre temas ambientales, como todo lo demás, tiene sus raíces en la Sagrada Escritura y en la tradición teológica. El libro del Génesis presenta la creación como un acto de amor de Dios, que confía al hombre la responsabilidad de cuidar el Jardín del Edén. Los profetas denuncian la explotación de la tierra y la injusticia social, vinculándolas a la ruptura de la alianza con Dios. El Nuevo Testamento, con la encarnación del Verbo, revela la presencia de Dios en toda la creación. En este contexto se sitúa la encíclica Laudato si’, que representa el corazón de la enseñanza del Papa Francisco sobre la naturaleza. En este documento, el Pontífice aborda los desafíos ambientales de nuestro tiempo, como el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la contaminación, denunciando las causas estructurales que los determinan, como el modelo de desarrollo consumista y la idolatría del dinero.

Uno de los conceptos clave en el pensamiento del Papa Francisco es el de “casa común”, del que surge significativamente que la tierra es un don compartido por todos y que su protección es un deber moral. La naturaleza no es sólo un conjunto de recursos para explotar, sino un medio ambiente que sustenta la vida de todos los seres vivos. El Papa Francisco promueve una visión relacional de la naturaleza. En este contexto, el hombre no es dueño de la creación, sino su custodio. Esta responsabilidad implica un cambio de paradigma: pasar de una actitud de explotación a otra de cuidado y respeto. La naturaleza, según el Papa, es una manifestación de la belleza divina y un reflejo de la creatividad de Dios. Esto nos lleva a una forma de contemplación que nos invita a reconocer lo sagrado en cada elemento de la creación. La oración y la reflexión sobre la naturaleza pueden estimular un profundo sentido de gratitud y responsabilidad.

Una responsabilidad que exige un compromiso con la justicia social que tenga en cuenta la dimensión ecológica, promoviendo políticas que protejan el medio ambiente y los derechos humanos. Laudato si' propone una ecología integral, que tenga en cuenta las dimensiones ambientales, sociales, económicas, culturales y espirituales de la crisis ecológica. El Papa Francisco llama a una conversión ecológica, que implica un cambio de mentalidad y de estilo de vida, una vuelta a la sobriedad y a la solidaridad y un redescubrimiento del valor de la contemplación y de la oración.

Esta visión de la naturaleza tiene importantes implicaciones prácticas. Fomenta la promoción de políticas energéticas sostenibles, la reducción del desperdicio alimentario, el apoyo a la agricultura ecológica, la protección de los bosques y los ecosistemas, la promoción de la educación ambiental y el estímulo de la participación activa de la ciudadanía y de las comunidades locales en el cuidado del territorio. Por eso, la enseñanza del Papa Francisco sobre la naturaleza es un llamado a la acción dirigido a todos los hombres y mujeres de buena voluntad. El Pontífice nos invita a superar la indiferencia y el egoísmo, a redescubrir la belleza y la armonía de la creación y a comprometernos en la construcción de un futuro más justo y sostenible para las generaciones futuras. El cuidado de la naturaleza no es sólo una cuestión ambiental, sino una cuestión de justicia, paz y salvación. En esencia, una invitación a reconsiderar nuestra relación con el mundo natural, a través de la lente de la espiritualidad, la justicia y la responsabilidad. Una visión de la naturaleza que invita a cada uno de nosotros a convertirnos en custodios activos de nuestra “casa común”, superando nuestro “enfermedad de consumo” y haciendo vivir la esperanza en un futuro mejor.

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22-04-2025

Autor: Gianni Lattanzio

Secretario General de la Asociación "Ambientevivo"

Fuente: meridianoitalia.tv

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